Los recipientes especialmente pensados para beber cerveza han formado parte de la cultura cervecera desde hace miles de años. Los hay de muchas formas y materiales pero el fin siempre es el mismo: llevar a la boca del bebedor de cerveza, este dorado líquido, en sus condiciones más óptimas, tanto organolépticas como visuales.
Pero, ¿realmente es tan importante el recipiente? Quiero decir, ¿afecta realmente la forma, capacidad o material al aroma y sabor final de la cerveza? Nosotros creemos que sí y vamos a intentar explicaros el porqué.
El material
Los materiales utilizados para hacer jarras de cerveza han evolucionado mucho en los últimos 150 años. Cuando apareció el cristal, era un material muy caro y frágil que solo los más adinerados podían permitirse, la mayoría de la población, cuando bebían cerveza, lo hacían en recipientes de arcilla, metal o incluso piel. No fue hasta mitad del S.XIX que se generalizó el uso del vaso de vidrio coincidiendo con la mecanización de su producción.
El más utilizado hoy en día es el cristal, un vaso transparente permite disfrutar de la gran variedad de colores y grados de translucidez que nos ofrece la cerveza. Una cerveza bonita y bien presentada te la empiezas a beber por la vista.
La capacidad
El tamaño importa, si amigos. Por lo general los recipientes usados para beber cerveza suelen tener mayor capacidad para que además del líquido quepa la espuma. También se suelen utilizar vasos más pequeños cuanto más alcohol tenga la cerveza y de mayor capacidad con cervezas más ligeras. También hay países donde las medidas están relacionadas con la legislación de bebidas alcohólicas.
La forma
El tema de la forma quizá es algo más extenso y más importante cuando hablamos de potenciar o mejorar los atributos de una cerveza. Las miles y miles de formas diferentes de las que disponemos hoy en día responden a varias razones como por ejemplo la comodidad para sujetarlos, lavarlos y/o apilarlos, los motivos tradicionales y comerciales (en Bélgica de esto saben un rato) y para ensalzar las características particulares de cada estilo de cerveza.
Que la forma del recipiente afecta al sabor, aroma y aspecto de la cerveza para mi es evidente. Que empresas punteras de cristalería como Rastal o Spiegelau lleven años en el tema, ya te da algunas pistas.
Rastal investigó y diseñó junto a Teo Musso y Lorenzo Dabove (dos personalidades ilustres en el panorama cervecero italiano) una copa especialmente creada para beber cualquier estilo de cerveza a la que llamaron TeKu (Te por Teo y Ku por Kuaska, apodo de Davobe).
Más recientemente Spiegelau hizo lo mismo colaborando con varias cerveceras americanas para crear una serie de vasos pensados para los estilos I.P.A., Stout y American Wheat Beer.
También el co-fundador de Boston Beer Company y elaborador de Samuel Adams, Jim Koch, creo un vaso especialmente diseñado para beber su famosa Boston Lager, basándose en los estudios de una empresa americana dedicada a la investigación (TIAX) que probó su cerveza en más de 100 vasos distintos.
Gracias a este tipo de estudios, hoy en día sabemos que podemos dotar a las copas, vasos, jarras o cualquier tipo de recipiente de ciertas características que nos ayudarán a disfrutar aun más de nuestra bebida. A continuación describiremos algunas de ellas y como afectan a la cerveza.
Todo el vaso es importante
Desde la base, el cuerpo, el cuello, el borde o hasta por donde lo cogemos, cualquier parte del recipiente puede influir. Una jarra con asa o el tallo largo y fino de una copa nos ayudará a mantener la temperatura de la cerveza ya que la transmisión de calor por parte de la mano se reduce considerablemente Un cristal fino también ayuda, cuanto más fino sea menos energía térmica debe usar la cerveza para enfriarlo.
Una base o cuerpo amplio ayuda a liberar aromas y si es necesario ayuda a calentar la cerveza a temperatura óptima. Esta base amplia cuando se combina con un cuello cóncavo potencia el sabor, concentra la espuma haciéndola más densa y también retiene los aromas en la copa En este sentido un estudio reciente realizado en Japón ha demostrado que los vapores de alcohol que se quedan en la copa ayudan a realzar el sabor y a proteger los aromas. En cambio si el cuello es convexo libera los aromas hacia fuera, hace la espuma menos densa y le proporciona cierto apoyo.
Todos sabemos que la espuma en la cerveza es importante, por eso algunas de las características de los vasos están destinadas a crearla o mejorarla, como por ejemplo la nucleación, una técnica que consiste en hacer pequeñas marcas con láser en el fondo de la copa para favorecer la creación de espuma.
Y por último el borde que puede ser también cóncavo o convexo. Si es cóncavo el liquido se “salta” la punta de la lengua y cae ya directamente en el centro, y si es convexo se apoya mejor en el labio haciendo más suave la transición del líquido a la boca y la cerveza cae en la punta de la lengua por lo que podemos notar un mayor dulzor inicial.
Como veis, muchas de las formas que tienen según que vasos o copas no son porque si, pero eso no significa que no puedas disfrutar de una buena cerveza en casi cualquier recipiente. Prueba tu cerveza favorita en diferentes vasos, copas o jarras (si te apetece), fíjate en las diferencias y comprueba si mejora tu experiencia, ¡no dudes en mandar tus comentarios! ¡Salut!
Fuentes y más información:
- Tasting Beer (Randy Mosher)
- Beer: A different glass for every brew can add to the drinking experience (Derek Schneider)
- www.craftbeer.com
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