El Pollo a la Cerveza es un plato perfecto para cualquier día ya que es una receta saludable, sencilla de preparar y que no requiere demasiado tiempo de preparación ni ingredientes que no tengamos en la cocina.
Hay millares de variaciones de pollo a la cerveza, y todas las recetas tienen alguna variación, ya sea en los ingredientes (incluyendo el tipo de cerveza) o la forma de hacerlo. Una de las recetas con menos ingredientes necesarios y más sencillas de hacer (y también de mis recetas favoritas) es la siguiente:
Ingredientes para dos personas:
- 2 muslos o pechugas de pollo
- 33cl de cerveza (la medida de una lata)
- Una cebolla grande
- 4 dientes de ajo
- Sal
- Pimienta negra
- Aceite de oliva virgen
Elaboración paso a paso:
- Cortamos la cebolla en trozos medianos, como gajos de naranja.
- Calentamos un chorro de aceite en una cazuela (si es de barro mejor) y cuando esté caliente añadimos la cebolla. La removemos con una cuchara de madera, la dejamos cocer 3 o 4 minutos y bajamos el fuego.
- Cuando empiece a faltar aceite, echamos la mitad de la cerveza.
- Salpimentamos el pollo y lo añadimos a la cazuela.
- Dejemos que todo haga chup-chup 4 minutos más y añadimos el ajo (entero, cortado… depende de cómo lo digiramos mejor).
- Añadimos lo que queda de la cerveza, tapamos la cazuela y en 12-15 minutos… ¡tendremos el plato listo!
Variaciones y consejos
Como veis es muy sencillo y fácil de hacer, solo comentar que cuando escojas la cerveza ten en cuenta que esta es una receta en la que la cerveza se va reducir y eso implica que el amargor se concentrará, por lo tanto, si escoges una cerveza muy amarga este amargor se acentuará.
Yo suelo variar de estilo pero una de las versiones que más me gusta (quizás la que más) es con una cerveza oscura ahumada y picante (con chile por ejemplo) y no muy amarga, el pollo queda muy sabroso y con un ligero toque picante, siempre en función de lo picante que sea la cerveza claro está. También puedes probar con estilos más maltosos y no muy amargos como una Brown Ale inglesa o una Bock o Dopplebock alemanas o algo más oscuro y tostado como las Porter o Stouts inglesas. Si no quieres usar cervezas tan oscuras el estilo alemán Helles también puede funcionar. No recomiendo probar con estos estilos en su versión americana, suelen estar más lupuladas y por tanto suelen tener más amargor.
Ya que la cerveza y el pollo maridan tan bien en la cocina y hay tantas posibilidades, próximamente iremos publicando recetas diferentes. Posibilidades hay muchas, piensa en una cerveza aromática y con sabor pero no muy amarga y ¡ya lo tienes! No tengas miedo a improvisar con las recetas que publiquemos, no tienes porque seguir todo al pie de la letra para obtener una comida deliciosa. ¡Experimenta con los estilos, ingredientes o técnicas que más te gusten y ya nos contarás!
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